"Juchitán ya vivía una catástrofe política previa al terremoto"
Los sismos de los pasados 7, 19 y 23 de septiembre afectaron a los estados de Chiapas y Oaxaca. Casi 100 muertos en estas dos entidades que no sólo sufren la desinformación sobre qué pasará con sus hogares perdidos, sino que tienen que enfrentar la inseguridad por parte del crimen organizado
Por Yesenia Torres, Javier Moro y Marcos Daniel Aguilar
Los sismos del 7, 19 y 23 de septiembre, que tuvieron magnitud de 8.2, 7.1 y 6.4 grados en la escala de Richter, respectivamente, han dejado hasta el momento un saldo preliminar de más de 400 personas fallecidas en los estados de Oaxaca, Chiapas, Morelos, Guerrero, Estado de México, Puebla y en la CDMX, de acuerdo con los datos reportados por Protección Civil.
Dos de los estados que se vieron afectados desde el 7 de septiembre, como lo son Oaxaca y Chiapas, reportaron daños en más de 80 mil viviendas y en mil 304 planteles educativos, así como dos millones 279 mil 575 habitantes afectados.
En Oaxaca la región zapoteca del Istmo, en sus 41 municipios, fue la más lastimada, pues 74 personas fallecieron y son más de 800 mil damnificados. Se estiman, al menos, 40 mil viviendas afectadas. Cuarenta y ocho municipios reportan daños, son 12 los más golpeados por los sismos. De acuerdo con el gobierno estatal más del 80% de los habitantes del Istmo de Tehuantepec se encuentran damnificados y los municipios con mayores afectaciones son Juchitán, Unión Hidalgo, Ixtaltepec y Astata.
Mientras tanto, el gobierno de Chiapas reportó afectaciones en 122 municipios, aunque en 82 de ellos se presentan daños mayores.
Revista Desocupado se dio a la tarea de recoger algunos testimonios de personas que vivieron y están padeciendo los estragos del terremoto, tanto de los estados de Oaxaca y de Chiapas, quienes manifestaron que en estas comunidades existe, sobre todo, la incertidumbre por el futuro tras esta catástrofe. La pregunta más frecuente que la gente se hace es: ¿quién y cómo van a reconstruir sus casas, sus comunidades?
Por otra parte, residentes de la ciudad de Juchitán, en el estado de Oaxaca, una de las zonas más golpeadas por el sismo, manifestaron que su mayor preocupación es la inseguridad.
Oaxaca: entre las ruinas y el crimen organizado
Una de las comunidades más dañadas tras los sismos de este mes de septiembre es Juchitán, Oaxaca. “En Juchitán acostumbramos a dormir en hamacas. En casa nos habíamos acostado y comenzamos a sentir el movimiento. Pensamos que iba a pasar rápido porque en Juchitán a veces tiembla, pero en esta ocasión todo se caía. Mi mamá se cayó. Asustados, todos nos salimos al patio y fue cuando vimos como una barda le había caído a nuestra camioneta, que se compró con mucho esfuerzo”, narra el arquitecto Fidel Toledo, habitante de Juchitán.
Por su parte, el director de Cultura de dicho municipio, Michel Pineda, asegura a Desocupado que “tres de cada 10 casas se cayeron. Tenemos una comunidad muy alta de adultos mayores, son los que se quedaron sin techo, no hay dónde dormir. Sigue temblando. Colapsaron todas las bibliotecas, colapsó el teatro, nuestro querido centro cultural que tenía un gran arraigo, las iglesias, nuestros centros de adoración, para los creyentes, es algo terrible, porque se cae tu casa, pero si se cae la iglesia, ¿dónde vas a depositar tu fe? Es algo trágico. Se dañaron las escuelas. El hospital se cayó. Toda la infraestructura que un gobierno puede dar para atender, se cayó”. El arquitecto Fidel cuenta que “esa noche nos reunimos en una pista popular de la colonia y poco a poco fue llegando la información a través de gritos de la gente ‘¡Se cayó el Palacio! ¡El centro es un desastre!’ La red se cayó media hora pero todos sentimos que fue eterno. Las calles son nuestro asilo. Los albergues son insuficientes. Entiendo a la gente que quiere permanecer cerca de sus casas aunque estén destruidas y prefieren cerrar las calles, vivir en la calle”.
En Oaxaca, tras los sismos, 282 municipios fueron declarados “zona de desastre”. Sin embargo, eso no es lo que más le preocupa a comunidades como Juchitán, sino que hay un factor que pocos han considerado: la delincuencia. “Antes del sismo la gente no podía estar en la calle antes de las 23:00 hrs. Hay muchos grupos delictivos con armas blancas, armas de fuego. Ahora sin dinero pues la delincuencia ha crecido. No había ningún arreglo por parte de la autoridad. Familias muertas y nadie hacía nada. La policía no usa armas, no te defiende, no llega a tiempo”, dice Marian Gallegos, ilustradora.
Uno de los vecinos de Juchitán, cuyo nombre no quiso revelar, asegura que “por eso mismo se están dando las barricadas. Los mismos vecinos cuidan las colonias, porque todos los elementos de seguridad se encuentran en el Tecnológico de Juchitán resguardando el albergue. Ningún elemento se encuentra en la calle. No hay Estado de Derecho”.
Fidel Toledo afirma algo que también ha ocurrido en la Ciudad de México tras los sismos: “hay gente que se ha aprovechado de la situación para meterse a las casas y saquear, lo que ha provocado que los vecinos se auto defiendan. Se entrega a los rateros a las autoridades, pero no sabemos qué pasa después”. El mismo Fidel cuenta cómo han tenido que cuidar sus propios albergues de la delincuencia. “Tenemos que esconder nuestro centro de acopio para que no nos quieran robar. Nosotros no teníamos conocimiento sobre cómo llevar un centro y fue muy complicado acordarlo al principio”. El poeta Víctor Cata comenta que “todos se están quedando en la calle, como a las 8 de la noche la gente instala barricadas, atraviesan sus autos, troncos, piedras, lo que sea, para cerrar las cuadras, después de las 8 de la noche ya no circulan autos ni mototaxis, los vecinos se organizaron por cuadra y cuidan sus espacios, antes del terremoto Juchitán estaba viviendo una situación de violencia muy grave, entonces debido a eso hay una psicosis por la delincuencia y los vecinos están pendientes”.
Y el otro problema es la desinformación y la falta de comunicación con las autoridades: “hay una terrible falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno. Nadie sabe cómo se va a reconstruir la región, y lo que es peor aún, nadie sabe cómo se va a reconstruir el tejido social. Hace poco un miembro del SEDESOL expresó que no entiende por qué los habitantes tienen que pagar con su propio dinero la demolición de sus propias casas cuando hay apoyo por parte de gobierno federal para eso. La población está muy confundida”, asegura Mayra López Pineda, abogada feminista.
Sin embargo, estos integrantes de la comunidad juchiteca afirman que el apoyo ha llegado de la misma sociedad civil, tanto de Oaxaca como de la Ciudad de México. “El maestro Toledo tiene habilitado 30 cocinas comunitarias donde se surten de materia prima, que atiende alrededor de 100 personas por cocina. Es un esfuerzo muy grande. Quisiéramos que todos los pueblos tuvieran un Toledo”, dice Michel Pineda.
“Juchitán ya vivía una catástrofe política previa al terremoto. Solo que ahora estamos frente a la época electoral y se aprovechan para hacer campaña. Es absurdo, es lamentable ver la clase política que tenemos. Con el centro de acopio que tenemos nos hemos dado cuenta que existe mucha solidaridad por parte de la gente, la Ciudad de México nos ha apoyado mucho, no sabes, muchísimo. Nos mandan víveres de primera necesidad, latas de atún, pañales, papel higiénico, toallas sanitarias, ropa, arroz, frijoles, agua, pero lamentamos terriblemente lo que nos hemos enterado a través de videos que circulan en la red, en el que autoridades acaparan la ayuda y la decomisan a mitad del camino. Nos hemos enterado que son ciertos políticos los que almacenan esto”, denuncia Fidel, tras la falta de comunicación y organización de la ciudadanía con las instancias gubernamentales.
Miembros de la sociedad oaxaqueña están preocupados por la economía y los monumentos históricos que fueron destruidos tras los sismos. Pues como dice Michel Pineda, “se perdió la infraestructura cultural e histórica en un 95%. Colapsaron las iglesias, los centros de fe, la casa de cultura que era muy querida donde habíamos tenido presencia de artistas de talla nacional e internacional. Recuperamos cerca de 300 piezas prehispánicas. Estamos trabajando con el maestro Demián Flores, la poeta Natalia Toledo, Rocío González, el cantante zapoteca Feliciano Carrasco. Artistas que están donando obra para hacer una gran subasta para recaudar fondos y levantar la Casa de Cultura. Nos urge iniciar una ayuda para el corazón frente a esta crisis colectiva”.
Chiapas, ¿dónde está el Fondo de Desastres Naturales (Fonden)?
En Chiapas la situación es un poco diferente, pues la principal preocupación es la reconstrucción y la falta de claridad sobre los recursos del Fondo Estatal de Desastres, ya que como nos dijo la poeta y promotora cultural Chary Gumeta, en conversación vía telefónica, los daños son cuantiosos y la ayuda que llega es solo paliativa y la gente quiere saber cómo va a reconstruir sus casas. “Todas las casas del centro de esta capital quedaron averiadas y algunas cayeron. En la periferia el daño fue menor. San Cristóbal de las Casas y su municipio fue muy golpeado, en las comunidades cayeron varias casas y en la cabecera municipal quedaron destruidos varios monumentos históricos y antiguos. Tonalá fue devastada, muchas casas cayeron. En la costa, en las partes alejadas, no fueron alertadas de tsunami, por instinto se resguardaron cuando vieron que el mar se recogió.
“A los que se les cayeron las casas, los vecinos y amigos les están ayudando. Los de Protección Civil, en los pocos lugares, han ido solo a poner banda roja y no regresan. La gente está desesperada porque no hay respuesta que se mire de parte del gobierno. Las autoridades ni saben cómo van a ayudar. Está cancelado el Fonden. La gente que perdió todo está desesperada”.
Rosy Vázquez Jiménez, docente de la Universidad Intercultural Chiapas, afirma que el apoyo, más que de las instancias gubernamentales ha llegado de la sociedad civil: “el apoyo, más que de las autoridades, ha llegado de la ciudadanía y continúa llegando a los municipios que te comento. En lo personal junto a mi familia donamos ropa y alimentos a un centro de acopio en el Parque Central, hecho por alumnos de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), donde se han sumado los de la UNICACH y otras asociaciones civiles”.
“El único apoyo que está llegando y bastante es el de particulares, asociaciones civiles y organizaciones. No hay ni presencia de la Cruz Roja, su única presencia es la de establecer lugares de acopio. Pero como te dije antes solo es un paliativo de días. La gente está levantando sus escombros con ayuda de los vecinos, la gente se está ayudando entre sí. La ayuda debe enviarse a través de la sociedad civil, porque vemos que llegan los camiones que ellos envían y se distribuyen equitativamente, el gobierno está guardándose les despensas, probablemente para las próximas campañas, nosotros ya no confiamos en el gobierno. La gente no quiere despensas, quieren que se levanten las casas”.
La poeta asegura que los medios de comunicación en Chiapas, y los medios nacionales, no están hablando de la cancelación de este fondo que ayudará a la reconstrucción tras el desastre natural. “¿Dónde se fue ese dinero, 180 millones de pesos? La verdad hay una gran desesperanza aquí. La gente le pide ayuda al gobierno, pero cuando el gobierno llega a ver lo sucedido no permite que la gente se le acerque. Solo cuando van a tomar la foto, ahí sí es terrible todo lo que pasa en todas las zonas devastadas. La verdad solo los que vivimos aquí nos damos cuenta de estas injusticias”. Concluye Gumeta.
Imágenes: http://bit.ly/2wdEMDF, http://bit.ly/2xyeDCU, http://bit.ly/2xou2WS, http://bit.ly/2hqxiXG, http://bit.ly/2jSRHZY, http://bit.ly/2xpWYhv