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Más de 300 mujeres fotógrafas registradas por Lourdes Almeida

2024-08-15 18:36:58

Sobre el libro "Zurciendo la historia. Fotógrafas nacidas hasta 1920", de Lourdes Almeida

 

 

Por Eli Guzmán

 

Quien iba a imaginar que un seminario en línea enfocado al quehacer fotográfico de mujeres sería determinante para el nacimiento dos libros y una editorial. Este fue el caso de Zurciendo la historia. Fotógrafas nacidas hasta 1920, de Lourdes Almeida. Treinta y seis días fueron suficientes para rebasar la meta establecida de 297 mil pesos y llegar a más de 313 mil. Ello, gracias a Luis Beltrán Miranda, director de la Escuela Activa de Fotografía -plantel Querétaro-, quien encabezó el proyecto editorial y lanzó el fondeo en la plataforma Kickstarter.

Del período del 19 de octubre al 24 de noviembre de 2022, se reunieron 133 patrocinadores de México, España, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Bolivia, Costa Rica, Alemania, Grecia e Italia, para hacer posible la impresión del libro de la fotógrafa mexicana Almeida, el cual estaría listo a finales de febrero de 2023 y cuya primera presentación se llevaría a cabo el 4 de marzo en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, ciudad de México.

La alegría estaba a flor de piel en todos los involucrados del proyecto, ya que lo recaudado sería pieza clave para el segundo tomo. Y es que esta tarea titánica de investigación de mujeres de la lente nacidas en 1790 y 1920, es la contribución de Lourdes Almeida para dar a conocer el trabajo fotográfico, el nombre y apellido de 347 mujeres de todo el mundo que incursionaron en el retrato, la autorrepresentación y el fotoperiodismo, entre otros géneros.

Este primer volumen de Zurciendo la historia, cuya fotografía de portada se titula Enhebrar la aguja, de Nancy Ford Cones, deja ver a la abuela con su nieta en este acto de coser. Seguido de guardas con un collage -del tamaño de un timbre postal- a fotógrafas empuñando la lente y tres piezas simbólicas: la aguja, la tijera de cigüeña y el dedal, porque a decir de Lulú este libro está lleno de puntadas, de ir zurciendo historias y unir narrativas visuales de mujeres que se enfrentaron al mundo, donde no tiene cabida esa frase imperativa de la mujer a la casa y a la cocina.

“Ellas desafiaron a mundo del siglo XIX (…) las mujeres no tenían permiso de tener una cuenta bancaria, un negocio, ni siquiera ir a la universidad sin el permiso del padre o esposo”, afirmó Almeida en la presentación de su libro (25 de abril de 2023) que se realizó en el salón de usos múltiples del Centro de la Imagen. Ahí en plena Ciudadela, a lado de la Biblioteca de México “José Vasconcelos”, donde yacen las bibliotecas personales de José Luis Martínez, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Carlos Monsiváis, pero en el que curiosamente ninguna fémina sobresale.

En ese espacio dedicado a la investigación, preservación y a la enseñanza de la fotografía, Zurciendo la historia. Fotógrafas nacidas hasta 1920, logró reunir a más de treinta asistentes de un cupo limitado a setenta personas. Entre amistades de la autora por más de 65 años, fotógrafos como Ulises Castellanos y Patricia Aridjis, patrocinadores del título, así como jóvenes e interesados en la imagen, compartieron por más de una hora anécdotas y reflexiones, aplausos y felicitaciones, cuestionamientos y abrazos.

A Lourdes Almeida se le veía feliz, acompañada por Luis Beltrán en la moderación de dicha presentación, junto con la historiadora de arte, Mayra Mendoza Avilés, y el director del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo) del INAH, Juan Carlos Valdez, quienes dieron cuenta del reto que significó para la fotógrafa ir zurciendo la historia desdibujada de mujeres de la lente y no sólo por los diferentes puntos geográficos, sino por la enorme aportación que deja para la posteridad.

Este proyecto, que nació en plena pandemia, dijo Mayra, tiene estudios previos como son: Mujeres detrás de la lente. 100 años de creación fotográfica en México 1910-2020, de Emma Cecilia García Krinnsky (2012) y Fotógrafas en México 1872-1960, de José Antonio Rodríguez (2013), pero en el que Almeida lleva a cabo una compilación más amplia para bordar el nombre de cada una de ellas con luz de citrato para que no se extinga (…) porque recordemos que lo que no se nombra no existe y aquí Lulú las nombra para conocer sus nombres y apellidos, así como entender sus aportaciones y que no sean olvidadas.

Por su parte, Juan Carlos Valdez, reconoció la perseverancia de la autora y la revisión exhaustiva de diversos acervos institucionales tanto nacionales como del extranjero, para cubrir uno de los grandes huecos que existe en la historiografía de la investigación fotográfica (…) este libro expone de manera reflexiva algunos aspectos centrales de este vínculo entre fotografía y memoria, entre documento y arte (…) y manifiesta una interrogante ¿cómo aproximarnos a la experiencia documental desde la imagen producida?, dijo, porque Almeida observa, considera, busca y tiene un ángulo -desde la fotografía- que le permite conectar y examinar aspectos técnicos y artísticos de la basta producción de mujeres.

Es por ello, que la también alumna de Manuel Álvarez Bravo, mencionó que se tomó varias libertades en su libro, como dejar de lado términos como aficionadas o amateur y nombrarlas como autodidactas, así como a sus 70 años aprender a escribir un libro de peso y no sólo en sentido figurado.

“Yo acabé una prepa de secretaria (…) igual que Elenita Poniatowska -y miren qué famosa se ha vuelto-. Inmediatamente después estudié un diplomado de fotografía (…) No fui a la universidad, no tengo la metodología de un historiador, pero ya aprendí,”, mencionó Lourdes entre risas y aclaraciones, donde se asumió - antes que escritora- fotógrafa con mayúsculas y coleccionista, ya que por treinta años ha realizado la genealogía familiar, por lo que hurgar en el pasado no fue algo totalmente desconocido.

Y en esta proyecto editorial, señaló la artista, encontró muchas de las actas de las fotógrafas, lo que le permitió corregir algunas fechas, pero también a mujeres que desafiaron una sociedad, que a pesar de que fueron encarceladas por utilizar pantalones, ya que los faldones de aquella época pesaban como 4 kilos (…) muchas de ellas lo aprovecharon como una ventaja, porque trabajaban con cámaras que no eran réflex, veían todo invertido y con la luminosidad no puedes ver, entonces tienes que oscurecer y los faldones para eso les servían. Otras murieron haciendo su trabajo.

Por eso, dijo, Lulú, este libro es una inspiración para jóvenes fotógrafas, principalmente, pero también para personas de mi edad, para entender el proceso de autorrepresentación, donde no siempre la fotógrafa hace el clic, sino que toma todas las decisiones para ser retratada (…) Nunca imaginé que de un seminario del mismo nombre del libro que impartí en línea surgiera este proyecto (…) Primero teníamos 260 mujeres y ha aumentado el número y conforme asistimos a presentarlo surgen más nombres, más pistas, por lo que es una revisión continua de información (…) Agradezco a Luis, quién me ha acompañado en esta aventura fantástica, donde surgieron dificultades tanto de derechos de autor de las imágenes como de dinero para la impresión, pero quién tuvo una idea estupenda, lanzar un fondeo en una plataforma. Es por ello, que estamos aquí reunidos.

Sobre este tema de recaudación de treinta y seis días, así como del nacimiento de la editorial, Luis Beltrán comenta en entrevista que Zurciendo la historia. Fotógrafas nacidas hasta 1920, no sólo es una compilación, sino un trabajo de investigación de una de las fotógrafas más reconocidas de México, que comenzó desde los años setenta su oficio, quien ha viajado con cámara en mano; y qué derivado del éxito del seminario, tuvo a bien la Escuela Activa de Fotografía -plantel Querétaro- que él dirige proponer la creación de un libro (dividido en dos volúmenes).

¿Es la primera vez que realizan este ejercicio editorial?

Sí. Pasó lo que muchas veces cae bien, una cosa te lleva a la otra y entonces empezamos con el seminario, del seminario nos fuimos a un folleto imaginario y de ahí brincamos al libro y luego a la editorial.

 

¿Estos proyectos son resultado de la pandemia?

Sí. Para mí estar sentado hoy aquí con todos ustedes es consecuencia de una pandemia, donde no se han agotado los temas.

 

¿Cuál es su catálogo hasta el momento?

Es este libro de Lourdes, el primero y único. La idea desde hace mucho tiempo en la Escuela Activa de Fotografía era tener una editorial, donde pudiéramos hacer estos libros de artista y comercializarlos.

 

¿Qué plataforma usaron y cuál fue la meta?

Fue Kickstarter, dicha plataforma te permite en 60 días reunir dinero mediante la presentación de un proyecto artístico. Nosotros nos pusimos como meta 38 días para llegar a 270 mil pesos, pero antes de que se cumpliera el plazo, lo conseguimos. Ofrecíamos a nuestros patrocinadores una promoción de adquirir el libro por 995 pesos, junto con una fotografía inédita (formato 5 X 7 pulgadas) y firmada por Lourdes, cuya entrega programada fue para finales de febrero de 2023.

En este fondeo cuenta mucho que cumplas en tiempo y forma con lo acordado para que posteriormente puedas volver a recaudar fondos para otros proyectos.

 

¿Cuántas fotógrafas mexicanas muestran en sus dos volúmenes?

Aproximadamente 50 fotógrafas, quienes desarrollaron su carrera o vida en este país.

 

¿El libro tienen pensado sacarlo en formato digital o audiolibro?

No, por el momento.

 

¿Han tenido propuestas con editoriales más grandes?

Todavía no tenemos ninguna. Ojalá sí. Si sabes de alguien… (risas).

 

¿Cuál sería la fecha de lanzamiento del segundo volumen?

Durante el primer trimestre de 2024.

 

¿Han utilizado inteligencia artificial como el ChatGPT para la búsqueda de fotógrafas o piensan usarlo?

No hemos usado para nada IA, por el momento no hemos pensado utilizar esa herramienta.

Entrevista con Juan Carlos Valdez, director del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo) del INAH.

 

¿El nacimiento de la editorial de la Escuela Activa de Fotografía requiere más apoyo institucional?

Sí, es algo que una editorial independiente tendría que buscar apoyos institucionales, no solamente federales, sino también estatales e incluso de la iniciativa privada (…) En los tiempos actuales, sólo con la suma de varias voluntades se puede lograr los proyectos.

Yo creo que el ver el resultado de Zurciendo la historia y el segundo volumen que viene, esa es la carta de presentación para que por ejemplo gobernadores que gustan, precisamente de lo que es el patrimonio, algunas instancias federales, seguramente lo apoyarán, pero también hay que sumar iniciativa privada que es muy importante.

 

¿La Inteligencia artificial la van a utilizar en los acervos fotográficos de las fototecas a diferencia del libro de Lourdes que no lo contempla?

No, por una sencilla razón, las imágenes fotográficas que resguardamos, precisamente son documentos visuales, entonces al modificarlos, estás transformando la idea del documento y para un investigador es necesario llegar a la fuente directa. (…) La famosa colorización de imágenes es muy atractiva para las nuevas generaciones, pero para un investigador qué si quiere estudiar un proceso, digamos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, le cambiaría completamente la lectura. Es algo que no pensamos utilizar en los archivos, sobre todo patrimoniales de México.

Hoy, Lourdes Almeida y Luis Beltrán, siguen dando a conocer por diferentes lugares de la república mexicana Zurciendo la historia, el cual en su primer tomo está dividido en nueve apartados: Retrato en estudio, Científicas, Pictorialistas, Vida cotidiana y familiar, Autorrepresentación, Viajeras y exploradoras, Guerra, Collage e Ilustradoras, donde también anticipa los temas del segundo título (paisaje, desnudo, cineastas, fotoperiodistas, entre otros).

Dicho libro, impreso en tonos sepias y con algunas imágenes a color, en formato cuadrado y con pasta dura, narra de manera biográfica y cronológica -por fecha de nacimiento- la vida y la actividad fotográfica de mujeres de todo el mundo, por ejemplo, de la inglesa Anne Dixon, pionera en el proceso de la impresión de cianotipos, o bien, de la polaca Martha Astfalck-Vietz, quien se autorretrataba disfrazada y experimentó en el fotomontaje utilizando diversos negativos.

Es decir, un listado amplio de mujeres que rompieron paradigmas, iniciadoras del daguerrotipo en su país, ya sea Argentina, Suecia o Francia, pero también de la apertura de los primeros estudios y talleres fotográficos, como es el caso de la alemana Laurence Meinhardt de Figueroa, quién emigró a Yucatán y abrió su taller denominado Fotografía Alemana, donde elaboraba fotograbados, calotipos y fotolitografías.

Sin duda, a la espera del segundo volumen que promete más nombres y hallazgos del quehacer fotográfico de estas féminas, observaremos si incluye el tiraje, que en este primer número quedó fuera, aunque Beltrán nos precisa que fueron mil ejemplares y si existe mayor cuidado editorial, aunque como dice la fotógrafa Almeida, quien desde los 7 años es costurera “no hay libro perfecto y qué difícil es un libro sin fe de erratas”, así que el zurcir será indispensable para que este primer libro y el posterior- de una nueva editorial independiente de fotografía sea confiable, serio y atraiga más lectores, pero también a patrocinadores de la iniciativa privada y federal.

¡Bravo a Lourdes y a todo el equipo por sacar adelante un proyecto independiente con todo lo que implica!

Revista Desocupado