"La poesía es el resultado de la exploración respecto a un momento específico, en el que se hace posible dilatar el instante tanto como la experiencia lo requiera"
Redacción Desocupado
¿Qué es la poesía o cómo definir el trabajo poético? Son algunas de las preguntas que han rondado el medio literario desde hace un tiempo. ¿Qué es un poeta y qué lo hace diferente en este medio? Serían algunas otras preguntas que los periodistas hemos esbozado desde diferentes ángulos y en distintos momentos. Desde la redacción de Revista Desocupado iniciamos hoy la publicación de un cuestionario realizado a diversos poetas mexicanos. El primer ejercicio lo realizamos con algunos de los poetas incluidos en la antología Cuerpo o inferno, antologada por la poeta Yendi Ramos y publicada por Ediciones Periféricas. En este caso, con la poeta Alma Alamilla*.
Alma Alamilla, desde tu punto de vista ¿Cómo definirías al trabajo poético?
Creo que la poesía es el resultado de la exploración respecto a un momento específico, en el que se hace posible dilatar el instante tanto como la experiencia lo requiera, lo que permite tener una experiencia más extensa y contemplativa respecto a un hecho y los efectos que tiene sobre la persona.
¿Por qué escribir poesía en un contexto como el actual?
La poesía es necesaria en cualquier momento y el ejercicio poético se vuelve aún más interesante en situaciones como la que vivimos actualmente, las cuales nos han enfrentado a muchos aspectos de nosotras mismas: la soledad, ansiedad, aislamiento, miedos, incertidumbres. La forma en que vivimos las experiencias fueron diferentes a las que estábamos acostumbradas o “hechas a la idea”, los procesos emocionales se vieron directamente afectados, lo que permite una exploración completamente nueva de nuestras emociones y la forma en la que todo lo exterior nos afecta.
¿Qué representa ser publicado en la antología Cuerpo o Infierno?
La continuación de la trayectoria de la escritura. El ejercicio literario es individual y profundamente internalizado, sólo nosotras escribimos como nosotras y sólo podemos ver a través de nuestros propios ojos. Lo interesante de publicar y compartir lo que se escribe es el ejercicio interpretativo al que se da lugar, cada lector interpretará e internalizará la literatura desde su propia experiencia y el compartirlo da pie a una experiencia colectiva con intecambio de interpretaciones.
Los poemas reflejan el infierno y sólo a veces una esperanza para salir de él, ¿qué piensas?
Creo que el infierno se construye constantemente. Nuestra idea del infierno no siempre es la misma a través del tiempo. Conforme el tiempo avanza tenemos nuevas ideas del infierno y distintas formas de habitarlo o encarnarlo. En lo particular no tengo intención de salir de ese infierno, ni siquiera creo que podría hacerlo, es una parte de mí como lo es mi parte amorosa, de ternura o de cuidados. Mi infierno personal me parece igual de necesario que mi parte más luminosa, prefiero aprender a elegir cuándo me es más últil estar en uno o en otro.
¿Cómo plasmar en la poesía el estado del cuerpo roto?
Creo que hay posibilidades infinitas, por eso los temas en la literatura no se agotan por mucho que se exploren, cada quien tiene una forma particular de vivir y transmitir las sensaciones. Es parte de lo interesante que es leer a otras autoras, la forma en que sus palabras resuenan con nuestras experiencias personales y a veces te permiten entender mejor la forma en la que te sientes respecto a algo.
¿Entre el cuerpo y el infierno está la desesperanza, la distopía?
Creo que el cuerpo también se puede vivir como una forma de infierno y creo que cada uno de nosotros porta un infierno, de una u otra forma. Incluso el sentimiento de esperanza puede ser el infierno de algunas personas, todo depende de las ideas individuales y cómo decidamos vivirlas.
*Alma Alamilla (Distrito Federal, 1990). Estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad La Salle (Ciudad de México) y, posteriormente, la Maestría en Gobernanza y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Madrid (Madrid, España). Ha realizado estudios en distintos diplomados de escritura creativa y especializada en centros de estudios como la Escuela de Escritores (Madrid, España) y en Literaria, Centro Mexicano de Escritores (Ciudad de México). Su cuento “Manuela” fue publicado en la colección “A pecho descubierto” de la Escuela de Escritores (Madrid, España, 2017). En 2019 obtuvo la primera mención honorífica en el Premio Ariadna de Poesía 2019, Ciclo Primavera.