Ensayo

 

La animación soviética: no ideológica, pero sí enigmática

2017-03-29 11:50:22

Lejos de lo que podría pensarse, la animación creada en tiempos de la URSS era apolítica, enfocada a pensar el ser y el tiempo y no a la revolución proletaria

 

 

Por Tatiana Shvaliova*

 

Hace 26 años los rusos vivieron en el país más ideologizado del mundo, pero al mismo tiempo tuvieron la animación más apolítica. La animación soviética no es conocida por dibujos animados que hablen del partido comunista, las gestas del pueblo trabajador o los líderes como Lenin y Stalin.

Curiosamente, los dibujos animados de aquella época no nos provocan hacer estallar la revolución proletaria. Al revés, entre las obras de ese período se encuentran verdaderas joyas que nos hacen pensar no sólo en la habilidad de los creadores, sino en las cuestiones más profundas, como en lo efímero del tiempo y el misterio del ser. Aquí les presentamos los dos cortometrajes animados que nos parecen peculiares y al mismo tiempo emblemáticos para la animación soviética, pues ambos demuestran que ese arte visual no fue sólo de propaganda, sino el arte puro, el arte por el arte.

Tal vez por eso la lista de las 150 mejores películas de animación de todos los tiempos es encabezada por la película soviética El erizo en la niebla (1975) de Yuri Norstein. La animación no tiene ningún trauma: un narrador cuenta la historia de un pequeño Erizo, que un día decide llevarle a su amigo el oso un tarro de mermelada. En su camino él se encuentra con un caballo blanco, que está en medio de una intensa niebla. El Erizo quiere acercarse al caballo y se atreve a entrar en esa niebla, el mundo, donde no se ve nada, pero hay susurros e imágenes borrosas.

 

En ese pequeño resumen no hay nada que pueda interesarnos del argumento, pero lo más importante que transmite este cortometraje es el sentimiento de aproximarse a lo enigmático y lo bello, que está al lado de lo terrorífico. Sin embargo, se puede interpretar la película de diferentes maneras, como suele ser con las grandes obras de arte, que dejan una gran impresión en nosotros después de verlas.

Resulta curioso, que la cuestión de censura ideológica no afectó a Yuri Norstein en la época soviética: la idea de hacer un dibujo animado infantil sin moraleja explícita fue financiada por el gobierno sin problemas. Sin embargo, ahora el director se ha enfrentado con la "censura financiera”, que no permite patrocinar los proyectos que probablemente no traigan mucho dinero. Según Norstein, el sistema de capitalismo no permite crear arte, y eso es fatal para los artistas, que no pueden ser independientes. Por eso su animación El capote, basada en el cuento de Nikolai Gogol, sigue inacabada después de treinta años, hecho que lo hace el proyecto más largo en la historia de animación.

Volviendo a la influencia de la animación sobre el Erizo en el contexto cultural, hay que notar que el director de animación japonés, Hayao Miyazaki, considera El erizo en la niebla una de sus películas favoritas con gran influencia en su filmografía. Además, la imagen del Erizo se considera uno de los símbolos de la cultura rusa: en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sochi de 2014, El erizo fue citado como una de las letras del alfabeto de Rusia, junto con Tolstói y Dostoievski.

 

Llena de simbolismo, esa animación trata de la fragilidad de la felicidad familiar, que puede destruirse por una revelación de la verdad no deseada. El argumento simple, lleno de surrealismo simbólico, provocó un gran interés de los críticos extranjeros, que apreciaron en su justo valor el subtexto complicado. La animación fue incluida en la lista de los 50 mejores cortometrajes animados, creados entre 1960-2010 por la Asociación Internacional del Cine Animado. Esta animación es realmente internacional, porque no se requiere el dominio de ninguna lengua —los personajes no hablan ni ruso, ni español, ni ninguna otra—, lo que dicen ellos, balbuceando y así imitando los sonidos de un idioma, no es indispensable para entender, porque el mensaje del autor se expresa a través de la animación misma.

 

 

Su mujer es gallina no fue censurada, aunque la audiencia rusa la percibió de manera ambigua. Por un lado, la complejidad de la película asustaba e intrigaba, y eso la hizo una animación de culto. Por otro, fue evidente que esa obra no fue creada para los niños, sino para los adultos, que podrían entender las metáforas que la empapan.

 

 

La animación soviética no fue muy limitada por el régimen, la libertad del creador fue bastante amplia. Tal vez eso se explica por dos razones. La primera, es que la animación siempre se veía como un género para los niños, y por eso la mayoría de los dibujos animados fueron interpretados de manera más simple. Y la segunda viene de la primera: la animación da la oportunidad de envolver más sentidos en medios visuales, como podemos contemplar en esas dos películas.

 

*Tatiana Shvaliova (Moscú, 1993). Actualmente reside en Moscú donde cursa una maestría en la Universidad Estatal M.V. Lomonósov. Ha sido colaboradora de diferentes medios rusos enfocados al cine y a la animación.

 

Arte en fotografías: Ian Sebelius (Montreal, 1990) estudió Comunicación Social en la UAM Xochimilco. Es postproductor en Efekto TV. Vive en un mundo de mentiras fabricando fantasías.

 

 

Revista Desocupado