Crítica

 

Palabras inconclusas: sobre el libro Embryos de Camila Krauss

2019-10-31 17:53:04

"Crudeza y belleza no son antónimos, son los tiempos del embrión" escribe Arnoldo Kraus sobre "Embryos"

 

 

 

 

Por Arnoldo Kraus

 

 

“… eres como casi nadie”, escribe Krauss. “Eres como el mundo, hermoso y crudo”, responde, se responde el lector mientras descubre, al unísono, la crudeza y la belleza en el viaje a lo largo de la vida incluidas en el raudal de imágenes de Embryos. Las vidas diferentes de las palabras de quien mira, y de quienes escuchan el susurro inicial de una vida llamada Embryos, y de las vidas segadas por seres humanos “completos”: “al menos catorce niños estallan en un mercado de pólvora y pirotecnia” son parte del ethos kraussiano. Crudeza y belleza no son antónimos, son los tiempos del embrión en el vientre materno cuya gesta no triunfa.

Leo unas líneas. Lo hago, así soy, en desorden. Desorden no es entropía ni caos. Es un modo de ser; una forma de adentrarse en los terrenos del tiempo, de la existencia y de la poesía. Krauss empieza, no termina. Los versos permiten ir y venir en orden, en desorden. La lid es clara: ir más allá, no detenerse: “todo lo que somos y lo que nunca no”, como los embriones cuando iniciaron el camino hacia la vida.

Dolor por no mirar, duelo por no ser mirado. Dolor y duelo vertebran el universo Embryos: al caminar dentro del poema, la bruma de lo nunca, la ilusión del deseo, el murmullo de la sangre al lado de heridas y la banalidad de una vida truncada retratan la angustia de las palabras: “no eres diferente de las personas muertas que nunca se van”. Dolor como alma, duelo como esperanza. Las palabras de Krauss suturan el alma, su alma, y elaboran tejidos diversos para aminorar el duelo. Embryos busca: romper el duelo, aparcar el dolor.

 

*

 

La Naturaleza es prodigiosa. Lo saben los microscopios y los muertos cuyo final se dilató meses o años gracias a los efluvios de células dotadas de sustancias pequeñas, pequeñitas, diseñadas para vencer a sus congéneres enfermas. Lo sabe Krauss. Sus palabras desvelan sus secretos: antes de escribir dialogó con espermatozoides y óvulos y observó el baile donde ella, donde él, persigue a su pareja.

Embryos nació del dolor; mientras la vida aguardaba, lápiz y papel se recrearon en el cuerpo y en los sueños de la autora, o en el mundo onírico cuyo telar mantiene al cuerpo, “mis sueños están hechos de mi cuerpo”. Como la vida, como la muerte.

"Grieta existencial" podría ser el subtítulo del poema. Las palabras inquietas, “quien no es tú”, las palabras fúnebres, “escribir en nombre de ancestros que no vivieron para conocerme”, las palabras amargas, derrotadas, “no tienes cara”, reflejan la grieta existencial. Krauss escribió Embryos desnuda. Arroparse era imprescindible. El único remedio para vestirse y regresar a las células germinales fue escribir.

A continuación una selección de Poemas de Camila Krauss del libro Embryos (Editorial El Humo, 2018)

 

 

 

 

buenos días sueño de vacas

de ordeña y ubres

buenos días sueño olvidado

buenos días inseminación y vigilia

buenos días joroba de la tristeza

 

 

una desgrana frutas

y pierde cabellos, uñas y menstruaciones

uno hace jugo de las frutas y no piensa en los huertos

herida sutura

eres como casi nadie

eres imposible y desentrañado

milímetro celular y estallido

eres ése sexo

 

 

enrollado

calamar

liquen

absoluto

no tienes cara

 

 

es una cosa muy triste que te lloren por dentro

que llore el llanto y la ciudad ombligo

llorar celestialmente con la fuerza de las turbinas

y subir a un avión sin torre de control ni pista de descenso

 

 

cascabel pequeñito

en ti quedar de ti estar despeñándome

en mi cuerpo

seguir haciendo miel de huérfanos

mis sueños están hechos de mi cuerpo,

igual que tú, óvum negro

 

 

arrancar te rompe

la canela es corteza

infusión de lascas

sorbos

ese olor hasta en las sienes

macerarse

seguirse disolviendo en té

de árbol

 

 

los astros pueden no regresar

y ese miedo en la médula es la médula

y una campana matutina

la naturaleza es siempre un exceso que nos amenaza:

despertar

fecundar dolor

escribir, inmolar

en nombre de fisuras

y una mórula de amor inconcebible. 35

 

 

 

ecos miniatura

de ti en todos lados

lenguaje que por sí solo no basta

vida que por sí sola no basta

para salvar la vida

la montaña tiene miedo, el dorso del cielo palpita

eres la mancha del poema en la página del New Yorker

un punto láser en sueños y dos pastillitas de melatonina

eres como las personas muertas que nunca se van

 

 

 

es difícil de explicar lo que ocurre en la opacidad

lo que se ve no es oscuro

lo que se oye no es nítido ____

 

 

quién no es tú

antes de que el tiempo comenzara sin detenerse

cenizas muertas

relámpagos atados

la aparición de esas caras

la multitud, los pétalos y la rama

el Río Amur, el ganso, la bicicleta,

celo,

el vaho de los arcanos enanitos

los ecos miniatura, la mancha del poema

en la página del New Yorker, sinceridades aleatorias,

partir la semana por un jueves, 66 días para cambiar un hábito

el horizonte

las montañas de abajo

Revista Desocupado

 

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