El libro de Marcos Daniel Aguilar revela a un periodista agudo y analítico interesado por el devenir de la política
Por Rosa Isabel Gaytán
Es para mi un gusto enorme estar celebrando la publicación del libro de Marcos Daniel Aguilar, Un informante en el olvido: Alfonso Reyes.
Muchas ideas llegaron a mi cuando pensaba por dónde comenzar mis comentarios. Antes que nada quiero señalar lo afortunado de que un trabajo recepcional se convierta en un libro como el que ahora tenemos en nuestras manos. Debería suceder más veces aunque es necesario, para ello, que se conjunten diversos elementos: una investigación sólida, un buen trabajo de equipo entre investigador y director(a), un tesón particular para tocar puertas y encontrar editor. Y la buena fortuna.
Por otro lado, quiero señalar la aparición del texto de Marcos Daniel en la colección Periodismo cultural de CONACULTA. Dicha serie de textos incluye algo más de medio centenar de títulos que pretende preservar “una importante memoria de todos los géneros informativos que diariamente se crean en las redacciones” y profundizar “en el panorama cultural contemporáneo bajo una mirada objetiva.” Qué buena casa para un libro sobre el trabajo periodístico de Alfonso Reyes. Creo que es la experiencia de este libro. autores de esta colección son Angélica Abelleyra, Jorge Ayala Blanco y Héctor Anaya.
Como docente de esta facultad debo decir que además de ser un libro bien escrito, de lectura ágil e interesante, tiene un logro primerísimo. Es un texto que lleva a los lectores a conocer el trabajo de Alfonso Reyes de la mano de un especialista y conocedor del trabajo periodístico. Mientras el autor revisa los textos de Reyes puede aprender sobre los géneros literarios. Cualquier lector podrá identificar y diferenciar entre una crónica, una reseña o un artículo de fondo.
El siguiente logro que quiero destacar es que el texto de Marcos Daniel no se conforma con hablarnos de los textos de Reyes sino que escudriña en los mecanismos lo convirtieron en el autor que llegó a ser. Revisa su correspondencia y encuentra que el escritor “leía los libros de los autores clásicos y la historia de la humanidad” para tener “fuerzas para pensar en el porvenir”. Una buena estrategia para nuestros días y nuestras actuales angustias.
Los científicos sociales y los aspirantes a convertirse en tales, tienen el reto de ser buenos escritores, de desarrollar las habilidades de la expresión escrita mismas que pasan por las de ser no sólo buenos, sino excelentes lectores, analistas, reseñistas, ensayistas. Considero que un texto como éste, cuya aparición celebramos desde nuestra Facultad y nuestra Universidad, es útil para plantarnos frente una obra, la de Alfonso Reyes, a la cuál el autor le hace preguntas interesantes que va resolviendo. Y ello sirve al lector para plantearse sus propias preguntas sobre su formación, sobre cómo aborda sus propios temas de investigación, y sobre sus retos escriturales.
Pero bien, para demostrar que no he aprendido la lección, por lo menos alguna de las tantas que deja el libro de Marcos Daniel cuando refiere las virtudes de las reseñas de Reyes y señala que siempre incluye un comentario equilibrado por que plasma los aspectos positivos, los logros, y también las carencias o las faltas de la obra reseñada. Yo me ahorro esta vez la segunda parte y me quedo con algunos de los aciertos.