Crítica

 

A 50 años de la gesta de Julio Buitrago

2019-07-23 10:37:30

Este guerrillero sandinista combatió, él solo, contra 300 elementos de militares de la dictadura de Somoza en julio de 1969

 

 

 

Y lo repito una vez más: hemos vivido por la alegría,

por la alegría hemos ido al combate y por la alegría morimos.

Que la tristeza no sea unida nunca a nuestros nombres.

Julius Fucik

 

 

Por Enrique Palomo

 

El 15 de julio de 1969, hace exactamente 50 años, el comandante Julio Buitrago libró en Managua su último combate. Él solo, armado con una subametralladora M3, resistió durante tres horas el asalto de 300 soldados somocistas (de la dictadura de Somoza) apoyados por una tanqueta y una avioneta artillada. Resistió hasta caer abatido. Pero nunca se rindió.

El suyo no fue el único ejemplo de resistencia heroica de militantes de la Revolución sandinista: Alesio Blandón, Leonel Rugama, Silvio Mayorga, Patricio Argüello, Jonathan González, Juan José Quezada y tantos más, jalonan una historia pletórica de actos heroicos que crearon el aura de invencibilidad de los combatientes antisomocistas.

A la luz de los resultados, tras la toma del poder por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y su posterior derrota electoral, cabría preguntarnos si vale la pena tanto sacrificio. La respuesta es sí, valió la pena entonces y sigue siendo válido hoy día.

La lastimosa situación actual de los pueblos de Nicaragua y El Salvador, con su cauda de miserables arribando en masa a México, buscando alcanzar mejores condiciones de vida en los Estados Unidos, sólo confirma que la eliminación de la explotación del hombre por el hombre es una tarea histórica sumamente compleja. No basta la buena intención, la simple sensibilización ante el sufrimiento de los desheredados. No es suficiente el ejemplo heroico, por más que éste alcance proporciones épicas.

La violencia le es impuesta a los miserables desde arriba, se trata de una violencia institucionalizada que les niega aquello que los Ilustrados concibieron como el derecho humano fundamental, a saber: el derecho a una vida digna.

De manera inevitable, como respuesta a la violencia institucionalizada aparece la violencia de los oprimidos, surgen las organizaciones revolucionarias. Los combatientes que hoy se enfrentan a los saqueadores del mundo, buscan apoyarse en diversas formas de pensamiento que dote de contenido ideológico a su accionar armado. Esa es la razón principal del ascenso del fundamentalismo religioso, entre otras formas de pensamiento reaccionario.

Esta situación señala entonces cuál es la tarea más importante en la actualidad, la reconstitución del pensamiento revolucionario. La reconstrucción de la teoría de la revolución. La reflexión teórica sobre los instrumentos de lucha que le son imprescindibles al pueblo trabajador y reflexionar también sobre el papel de la violencia revolucionaria.

Hoy día, a 50 años de la gesta de Julio Buitrago debemos mantener vivo el fuego de la revolución. Debemos preservar el recuerdo de los hijos del pueblo trabajador, que viven, luchan y mueren por la alegría. Que marchan al combate “contentos y desnudos… matando canallas con su cañón de futuro”.

 

Verano de 2019.

 

 

Revista Desocupado

 

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