Crítica

 

La Favorita: la perversidad femenina por el poder

2019-02-03 11:29:16

Sea o no la intención de su director, "La Favorita" desmitifica la figura femenina y hace hincapié en la desigualdad genérica

 

 

 

Por Verónica Lugo*

 

 

Homo homini lupus, el hombre es un lobo del hombre, esta frase se le acuñó a Thomas Hobbes gracias a su libro El Leviatán obra que expone la maldad innata del ser humano, quien constantemente pisotea y somete a otros para conseguir su propósito, sin importar cuál sea éste. Años más tarde este proverbio cambiaría hacia otra dirección: el peor enemigo de una mujer, es otra mujer, refrán que muy probablemente, hoy en día, sería considerado misógino. Sin embargo, dentro de nuestra naturaleza humana (sin distinción de género) la maldad, la perversidad, la ambición y la envidia es intrínseca.

La Favorita (2019), última película de Yorgos Lanthimos, profundiza (como es su costumbre) en varios rasgos distintivos de la mezquindad humana. Igual que Canino, Langosta y El sacrificio del siervo, todos largometrajes del cineasta nacido en Atenas, Grecia, La Favorita enaltece la ponzoñosa vileza de la cual se sirven tres mujeres para cumplir sus más desmesurados caprichos. De entrada, eso ya es de aplaudir en una película que se atreve a llevarle la contra a Hollywood y su discurso simplón sobre feminismo, mismo que se ha encargado de enaltecer hasta la más repugnante cursilería los atributos “positivos” de las mujeres, reduciendo sus personalidades a lo poco complejo.

¿Negar la maldad esencial que habita, en mayor o menor medida, en nosotras no es apegarse también a un discurso sexista? Darle foro a mujeres ejemplares y sobresalientes en la historia de la humanidad por haber sido desplazadas en el rol público, negando sus rasgos pérfidos no es salirse del orden patriarcal, pues al final se está dando por hecho que sólo la bondad y la obediencia dignifica a la mujer. No sólo los hombres están “más allá del bien y el mal”, existen mujeres en la historia como Catalina de Medicis, Lucrecia de Borgia, Isabel I de Inglaterra o Catalina II de Rusia cuya influencia y poder harían rabiar de envidia a Napoleón, Lennin o Hitler.

Lanthimos apuesta por destacar y hacer notar a tres mujeres reales, fuertes, perversas y sin escrúpulos sin caer nunca en ningún estereotipo. Los personajes están tan bien construidos que no se les puede condenar o juzgar; son la circunstancias y el curso de sus vidas las que las han llevado a comportarse de determinada manera. Justo como lo hace con Ana Estuardo, primera reina de Gran Bretaña, mujer que pese a padecer la muerte de 17 hijos (de los cuales sólo 4 nacieron con vida, pero murieron prematuramente) nunca se muestra demasiado vulnerable pues cuando es preciso aparta de su lado a Sara Churchill, duquesa de Malborough cuyo descendiente es Wiston Churchill, para hacerle sentir todo el rigor de su jurisdicción.

Anne (interpretada magistralmente por Olivia Coleman), cuenta con matices interesantes, su comportamiento es a momentos aterrador, propio en una reina, pero también es igual de exasperante que el de una niña mimada que está desesperada por recibir algo de atención. Precisamente de esta debilidad se aprovecha Lady Sarah (Rachel Weisz) una mujer que se presenta como compañera fiel y consejera de la reina pero que más adelante nos revela su verdadera personalidad manipuladora, misma que no conoce de recato, ni decoro. Además, está Abigail (Emma Stone) prima de Sarah, una aristócrata resentida que desde muy joven queda a merced de un gordo y repulsivo violador, luego de que su padre la usara como moneda de cambio en una apuesta.

No sólo la falsa empatía a la reina que no goza de una buena salud, los engaños, el veneno escondido en el té, las miradas seductoras, las lágrimas para manipular y el uso de la belleza como un arma letal hace de La Favorita una exquisita obra cinematográfica. Visualmente no deja cabo suelto la fotografía ejecutada por Robbie Ryan es excelente y a momentos es inevitable traer a la memoria a Barry Lyndon, película de Stanley Kubrick (1975) en la que también destaca la impronta perversidad humana. Los personajes femeninos de La Favorita, igual que Redmod Barry no tienen ningún inconveniente en humillarse, si con ello sacan algo de provecho para alcanzar sus objetivos.

Lanthimos construye, en La Favorita, una realidad muy ajena a la actualidad, casi tan perfecta como la que Kubrick construyó en sus ambiciosas escenografías para darle vida a Barry Lyndon. Sin embargo, existe una diferencia notable entre ambos cineastas, que hace única a cada una de ellas. Mientras Kubrick se esforzó por hacer un retrato minucioso, casi perfecto de otra época, Lanthimos, por el contrario, no quiere que el espectador olvide que todo esto se trata de un artificio, en el que el periodo histórico es sólo un pretexto, para demostrar que la miseria humana no conoce de tiempo.

Posiblemente por esta misma razón los personajes femeninos, no cuentan con diálogos rebuscados, propios de aquella etapa y por el contrario algunos de sus ademanes hayan sido presentados intencionalmente. A Yorgos Lanthimos, le gusta contraponer ciertos elementos y en esa manía tal vez podría explicarse el uso de lentes de 180°, cuyos ángulos de visión son tan grandes que tienden a deforma exageradamente la imagen; mismos que estropean deliberadamente cualquier sensación realista. Otra forma en la que La Favorita desarmoniza en sus partes, es cuando contrapone los bellos salones y jardines del palacio con la podredumbre que yace en quienes habitan estos espacios.

Luego de salir del fango, literalmente, Abigail se valdrá de su inteligencia para entrar al palacio y más tarde de sus conocimientos en botánica para ganarse el beneficio de la reina Anne, ya que cuando pide el cobijo de su prima Lady Sarah, ésta la hacina a fregar trastes y pisos.

Una vez que su categoría como sirvienta sube un peldaño, Abigail descubrirá la injerencia que su prima tiene sobre la reina a tal grado que es Sarah, y no la reina, quien está a cargo las fuerzas armadas que luchan en una incansable guerra contra Francia. Ya enterada de todo esto, Abigail no dudará en hacer eficaz su maligna inteligencia, la cual parece ser un rasgo distintivo en su familia, para arrebatarle ese espacio de poder a su prima sin importar el costo y las humillaciones por las que tenga que pasar previamente.

Sea o no la intención de su director, La Favorita (película que cuenta con 10 nominaciones al Oscar) desmitifica la figura femenina y hace hincapié en la desigualdad genérica, estableciendo relaciones simétricas con el otro género, reconociéndola también como un ente de contrastes en el que el bien y el mal tienen cabida. Además, La favorita también condecora el estado natural de los seres humanos cuya relación con el otro no siempre se lleva en buenos términos ya que puede presentarse de forma violenta, cruel y salvaje a tal grado que podríamos afirmar que las desgracias que afronta un ser humano son generadas por su propia especie.

 

Revista Desocupado

 

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